Mujeres IMpertinentes-Proyecto seleccionado de la BMAV2020
A través de la convocatoria organizada por MAV, Mujeres en las Artes Visuales Contemporáneas.
Quién decide que la voz de una mujer no es pertinente, o que lo que dice o hace una mujer está fuera de lugar o que es irreverente? Y en todo caso, irreverente para quién? A lo largo de la historia y todavía hoy en día, se han acallado muchas voces de mujeres porque no eran pertinentes.
Este proyecto está hecho por mujeres, sobre mujeres y dedicado a todas aquellas mujeres que en algún momento de su vida han sido llamadas impertinentes.
Parto de la lectura de ocho libros, escritos por mujeres, o en los que las mujeres son protagonistas:
“Mujeres de Bombay. La India de las más valientes”, de Jaume Sanllorente, “Las muertes chiquitas”, Mireia Sallarés, “En clave de mujer ”, Fundación Collserola: Natza Farré, Jaume Funes, Marta Segarra, Amelia Valcárcel, “Cartas impertinentes de mujer a mujer”, de Maria Aurèlia Capmany, “Todos deberíamos ser feministas”, de Chimamanda Ngozi Adichie, “La
trenza“, de Laetitia Colombani, “El silencio de los telares. Ser mujer en las colonias textiles catalanas”, Assumpta Montellà, “Cuerpos que todavía importan”, Judith Butler. Breus CCCB, vinculado a la exposición sobre feminismos del CCCB.
Después de la lectura de los libros, guillotino todas las frases y las mezclo, estableciendo un nuevo diálogo. Seguidamente cosemos a máquina utilizando hilo rojo, todas las frases, tomando un nuevo sentido al conectar las unas con las otras.
Con este nuevo hilo creado, construyo con agujas de tejer, un tejido de papel y de palabras largo y cálido, que ocupará diferentes espacios de forma impertinente, como una mancha de aceite que avanza y lo invade todo. En una primera fase del proyecto conté con la colaboración de un grupo de doce mujeres de la Fundación ARED, que trabaja para conseguir la integración social y laboral de personas en situación de exclusión social.
Unas semanas antes de la declaración del estado de alarma, había recogido en la Fundación ARED el hilo que ellas habían cosido. Para mí, era muy importante que fuera un trabajo remunerado, así que destiné a dicha finalidad parte de un premio ganado anteriormente.
Todavía quedaban pendientes de unir una parte de las tiras de los libros, tarea que hice personalmente, en casa, y con la ayuda de mi hija de 13 años que había asistido a un curso de costura que se vio paralizado también por la pandemia. Fue ella la que me enseñó a coser a máquina, la que la preparaba y me atendía en las situaciones de atascos e incidentes varios.
Desde mi cuenta de instagram @nuriabenetart se evidencia el proceso de producción y crecimiento de la obra. Muchas de las horas que pasamos de confinamiento fueron dedicadas a ella. A medida que la pieza iba creciendo, hacía fotos primero en el comedor de casa, y posteriormente en diferentes espacios de la misma. Durante la pandemia y el confinamiento, vivimos una situación excepcional que requirió una mirada introspectiva.
Hacia el interior de las casas. Desde el núcleo familiar y hacia dentro de uno mismo. Hicimos crecer proyectos para crecer con ellos. Ahora que la pieza ya tiene más de ocho metros, es hora de poder salir al exterior y mostrarla como testimonio, de la pandemia, pero sobre todo, de una gran pasión.
En el epílogo de “La trenza”, Laetitia Colombani habla de una Gran red de almas (mujeres), y dice “Un poco, soy cada una de ellas. Solo soy un vínculo. Un hilo fino que las une, tan fino como un cabello, invisible para el mundo y para los ojos. Mañana volveré a enhebrar la aguja. Me esperan otras historias. Otras vidas. Otras páginas.” Así es como me siento y me he sentido con este proyecto.